4 de septiembre de 2010

por knock-out

“Tuvimos la sequía, se desplomó el turismo, nos quedamos sin el crédito que podíamos tener y se generó una feroz fuga de capitales. Si hace unos años nos encerraban a diez economistas para predecir qué iba a pasar con nuestra economía en una situación así, la verdad que la íbamos a pifiar mal”, se sinceró Miguel Bein en el segundo día de las Jornadas Monetarias y Bancarias que organiza el Banco Central. El economista compartió la mesa “La economía argentina ante el desafío de la crisis internacional” junto a Eduardo Curia, presidente del Centro de Análisis Social y Económico, y Héctor Valle, titular de FIDE. Durante la charla elogiaron la política de acumulación de reservas y la administración del tipo de cambio, además de diversas medidas anticíclicas para paliar la crisis internacional.
El moderador fue el vicepresidente de la entidad monetaria, Miguel Angel Pesce, quien dio el puntapié inicial manifestando que el desempeño local en el escenario de crisis “poco tuvo que ver con la suerte”. Luego completó la idea Valle: “La recuperación de los fondos previsionales fue la que permitió sostener el gasto público para soportar la presión adversa de la sequía, la fuga de capitales o el desempleo”. De esta forma, resaltó la importancia de la finalización del sistema de AFJP sobre todo en función de la masa de recursos que puso a disposición de la política pública, la famosa “caja” que desde otra visión critica la oposición.
En una línea similar, Bein mostró la diferencia entre el actual modelo macroeconómico y la convertibilidad. En los ’90, explicó, el endeudamiento financiaba al déficit público y permitía disponer de las reservas necesarias para sostener la paridad cambiaria. En cambio, la posconvertibilidad, ante la supresión del crédito externo, requiere necesariamente de los dólares comerciales y del superávit fiscal. El economista indicó que “hay equilibrio” a partir de medidas como la nacionalización de los fondos previsionales, aunque advirtió sobre la necesidad de mantener vigente la holgura fiscal.
Por su lado, Curia defendió la política de acumulación de reservas en el BCRA. “La ortodoxia cambió su postura frente a las reservas, porque en esta crisis les fue mejor a aquellos que las han acumulado”, consideró. También en relación con las reservas, Bein manifestó que “en la Argentina existe autoestabilidad en el sector externo con la peor sequía en 52 años, lo que da una idea de fortaleza. En los últimos 30 años, cuando atacábamos el Banco Central –refiriéndose a la demanda de divisas por parte del público–, a los tres meses no le quedaban ni dos mangos. Esta vez no pasó nada. Nunca habíamos perdido una corrida contra el Central. Por eso hay una perplejidad no menor en la Argentina. Y no es que estamos en camino de ganársela, perdimos por knock-out”, graficó desde la óptica de la city.

Por Javier Lewkowicz