30 de mayo de 2008

Régimen de acumulación y derechos de exportación: oportunidades, amenazas y desafíos

La rebelión fiscal de origen rural lejos de mostrar la inviabilidad del actual régimen de acumulación demuestra límites coyunturales que requieren cambios en el modo en que se regula el crecimiento. En la presente nota se analizan los rasgos centrales del actual modo de regulación y se trata de desanudar la aparentemente paradójica situación de buen desempeño económico con alto grado de conflictividad político institucional en el sector agrícola.

Por Pablo Lavarello – Leonardo Perichinsky – Miguel Zanabria

Investigadores del Centro de Investigación en Economía Política y Comunicación – Universidad Nacional La Plata.

Fuente: Revista Entrelíneas Nº 10 – Mayo 2008

Publicado en http://www.iade.org.ar/modules/noticias/article.php?storyid=2401

14 de mayo de 2008

Inflación

La Argentina está atravesando un incipiente proceso de inflación de carácter estructural. La debilidad del Estado en desacoplar totalmente los precios internos de los internacionales y en disminuir las prácticas de los grupos concentrados, está en el centro de la actual puja distributiva. Ya en 1950 Henri Aujac1 situaba a la inflación como un aspecto particular dentro de la lucha de clases. De esta forma la inflación es el mecanismo que tiene el capital para bloquear el régimen.
De no avanzar en un proceso de cambio estructural y de nuevas formas de competencia, los grupos concentrados buscarán poner límite a este régimen de acumulación, socavando los dos pilares básicos del crecimiento: el tipo de cambio real alto y la gradual redistribución del ingreso con pleno empleo.

Método de análisis estructural de la inflación

Hace más de 50 año Juan Noyola Vázquez escribió “El Desarrollo Económico y la Inflación en México y otros Países Latinoamericanos”, donde expuso el siguiente método de análisis de la inflación:

La inflación no es un fenómeno monetario. Es el resultado de desequilibrios de carácter real que se manifiestan en forma de aumentos del nivel general de precios.

Este carácter real del proceso inflacionario es mucho más perceptible en los países subdesarrollados que en los países industriales.

No obstante, la inflación es en cada país un problema específico y distinto, aún cuando puedan encontrarse rasgos comunes en todos ellos.

Si no se introducen en el análisis una serie de elementos derivados de la observación de la estructura y del funcionamiento de la economía de nuestros países, no se podrá comprender los fenómenos inflacionarios de América Latina. Deben incluirse todos los elementos que sean capaces de dar origen a desequilibrios en el sistema económico.

Existen elementos de carácter estructural, como la distribución de la población por ocupaciones y las diferencias de productividad entre los diversos sectores de la economía.

Existen elementos de carácter dinámico, como las diferencias de ritmo de crecimiento entre la economía en su conjunto y algunos sectores específicos, como las exportaciones, la producción agrícola, etc.

Existen elementos de carácter institucional, en la organización productiva del sector privado, grado de monopolio, métodos de fijación de precios, organización sindical, organización y funcionamiento del Estado y el grado y orientación de su intervención económica.

El modelo distingue dos categorías fundamentales, las presiones inflacionarias básicas y los mecanismos de propagación.

Las presiones inflacionarias se originan comúnmente en desequilibrios de crecimiento localizados en el comercio exterior y la agricultura. Pueden clasificarse en básicas o estructurales, circunstanciales y acumulativas o inducidas por el propio proceso inflacionario.

Los mecanismos de propagación normalmente se pueden agrupar en tres: mecanismo fiscal (que incluye el sistema previsional y el sistema cambiario), mecanismo de crédito y el mecanismo de reajuste de precios e ingresos.

La intensidad de una inflación depende de la magnitud de las presiones inflacionarias básicas y de la existencia de mecanismos de propagación y d la acción que estos desempeñan.

Por lo tano es preciso identificar las presiones inflacionarias básicas y determinar su intensidad, y en seguida observar si existen condiciones favorables a la aparición de mecanismos de propagación, descubrir cuales son y cómo actúan. Es esta una distinción fundamental, porque ambos tipos de factores constituyen categorías lógicas diferentes. Los mecanismos de propagación no pueden, por ejemplo, constituir una causa de la inflación, pero bien pueden mantenerla y contribuir a darle su carácter acumulativo. Son generalmente el aspecto más visible, lo que conduce a confundirlo con las verdaderas causas.

Las fuentes subyacentes de la inflación se encuentran en los problemas básicos del desarrollo. Es necesario por lo tanto superar enfoques tradicionales de corto plazo que buscan las causas en los “abusos” del gobierno en el gasto público, la “debilidad” del Banco Central al emitir en exceso y la “irresponsabilidad” de los sindicatos al pedir recomposiciones salariales.