25 de agosto de 2010

Paradojicamente

Vivimos en un país en el que se discute cómo aumentarles a los jubilados en un año en el que ya se les aumentó un 26%. Hemos vivido en otro país en el que a los jubilados se les recortaba el 13% para bajar el “riesgo país” y pagar deuda externa. Paradójicamente, varios diputados que firmaron y votaron el proyecto del 82% del salario mínimo vital y móvil, administraban el Estado cuando se realizó ese recorte. Tal como está planteada la cuestión, nos enfrentamos a dos alternativas: una sería regresar a “aquel“ país, y congelar el SMVyM en los $1.500 que regían hasta agosto. Con la jubilación mínima de $1046 dispuesta a partir de septiembre se alcanzaría el 70% y con aumentar en marzo un 17% más, alcanzaría para llegar al trillado 82% de ese SMVyM. La otra alternativa sería construir un país que crezca y se desarrolle, que genere empleo genuino y más aportes, que continúe aumentando la recaudación tributaria y que lo haga más progresivamente y que, dado lo delicado de este tema, evite hacer campaña electoral con los jubilados y estudie y analice seriamente el sistema previsional.  (ver Entrelíneas de la Política Económica)