14 de agosto de 2010

El gasto en previsión social

El gasto en previsión social es hoy el principal componente de las erogaciones públicas en la Argentina, representa casi la cuarta parte del total del gasto público consolidado y más de la mitad de los gastos con finalidad social que afronta en forma directa el Estado Nacional.
El gasto en previsión social creció en el último quinquenio más de 3 puntos porcentuales en términos del PIB, hasta llegar a representar más del 9 por ciento del PIB en la actualidad.
Esta evolución de las erogaciones previsionales responde a lo que fue la política de aumento en los haberes, en especial de la mínima desde 2003, y de la cobertura del sistema, encarada a partir de 2005.
En efecto, desde 2003 la jubilación mínima se actualizó en poco más de 7 años más de 15 veces, con un aumento nominal acumulado de casi el 600 por ciento (pasó de $ 150 a $ 1.046 a partir de septiembre de este año).
Este fenomenal incremento en el haber mínimo no se reproduce en las escalas superiores que comenzaron a recibir incrementos periódicos desde 2006, por lo que las jubilaciones “no mínimas” aumentan un 170 por ciento (lo que dio origen a las causas judiciales que culminaron en ajustes por el periodo 2002-2006 como el llamado caso Badaro que tuvo dos sentencias de la Corte Suprema de Justicia) y el haber medio un 320 por ciento (aproximadamente en línea con la inflación del período).
Además, entre 2005 y 2007 se introdujo una serie de modificaciones tendientes a aumentar la cobertura del sistema (medida en términos de la cantidad de beneficiarios en relación a la población de adultos mayores) que había descendido a valores deplorables tras la privatización del régimen (con proyecciones que continuaban la tendencia a la baja) y los aumentos de los requisitos para obtener un beneficio luego de una década de alto desempleo, aumento de la informalidad laboral y la pobreza.
Así, se incorporaron aproximadamente 2,4 millones de nuevos jubilados y pensionados que comenzaron a acceder a un haber mínimo que se sumaron a los 3,2 millones que ya tenía el sistema.
Como resultado de ambas medidas, la pirámide de los haberes previsionales se “acható” y actualmente perciben el haber mínimo el 75 por ciento de los jubilados, cuando en 2001 esa proporción era de un tercio del total. Sin olvidar que se trataba de una prestación de $150 que representaba la tercera parte del valor de la canasta básica total de una familia que se toma como referencia de la línea de pobreza, que coincidía con lo que era el reclamo también histórico de una jubilación de $450 durante toda la década en que rigió la convertibilidad.