28 de mayo de 2010

Desendeudamiento provincial: el refuerzo

Por Alfredo Iñiguez en El Cronista
El Programa federal de desendeudamiento de las provincias, instituido mediante el Decreto 660/10, brinda a las administraciones provinciales el alivio necesario hasta tanto se logren los consensos para una nueva coparticipación federal de impuestos, al tiempo que procura protegerlas de un nuevo coletazo de la crisis internacional.
La crisis de la convertibilidad legó a las provincias el déficit financiero récord de los últimos 50 años, con 2,4% del PBI en 2001, y una expansión del stock de deuda sin precedentes que alcanzó al 22% del PBI a fines de 2002. De esa situación límite se pasó a un período de cuentas públicas robustas con equilibrios presupuestarios y reducción de deuda. El resultado fiscal reflejó tres años consecutivos de superávits financieros entre 2003 y 2005 y dos años, 2006 y 2007, de cuentas equilibradas. Así, la deuda de las provincias se contrajo en todo el período, hasta representar el 9% del PBI desde fines de 2008, menos de la mitad de hace seis años atrás.
El desempeño alcanzado en este período fue un excepción en los últimos cincuenta años de historia de las administraciones provinciales, en los que en la mayoría de los años, con expansión o retracción de la economía, sus cuentas fueron deficitarias: entre 1961 y 2002 las provincias registraron treinta y cuatro años con déficit financiero (once de ellos superior a 1% del PBI), tres con equilibrio y cinco con un leve superávit de 0,2% del PBI como máximo.
La mayor crisis internacional en 70 años y una de las peores sequías de los últimos 30 años actuaron como factores exógenos a las políticas públicas provinciales que afectaron las cuentas públicas al resentir los ingresos y demandar mayores gastos para implementar una política fiscal expansiva que morigere los efectos negativos sobre sus economías.
En consecuencia, el conjunto de provincias tuvo déficit financiero de 0,5% y 1,1% del PBI en 2008 y 2009. En el primero de estos años hay que relativizar el resultado que arroja el agregado de provincias porque casi el 70% del rojo se originó en la provincia de Buenos Aires y el deterioro de las cuentas no fue generalizado: sólo la mitad de ellas cerró 2008 con déficit primario. Fue recién en 2009 cuando las dificultades financieras se extendieron.
Todo indica que una vez subsanadas las causas principales del deterioro de las cuentas provinciales, la situación volverá a parecerse a como estaba en el período anterior. La evolución reciente de la actividad económica permite suponer que ese sería el escenario más probable, al observarse muestras evidentes de que se lograron sobrellevar los efectos de la crisis internacional, con claras señales de recuperación de la demanda agregada, principalmente desde el último trimestre de 2009, al mismo tiempo que se está confirmando un nuevo récord en la cosecha gruesa de la campaña 2009-2010.
Sería apresurado asegurar que este año las administraciones provinciales se repondrán totalmente de la crítica situación atravesada, pero los primeros datos de la recaudación, tanto nacional como provincial, junto a las mejores perspectivas para el acceso al crédito a partir del nuevo canje, permiten ser optimistas en la viabilidad de resolución de la reciente crisis. El programa de desendeudamiento provincial refuerza este panorama.