4 de noviembre de 2010

SOLUCIONES A DEUDAS HISTÓRICAS


Resulta muy difícil sintetizar en unos pocos párrafos un balance de lo que  inició en 2003 (y sigue vigente) como Presidente de la Argentina, Néstor Kirchner. La expectativa de lo que nos había dejado la década anterior en particular y el proceso iniciado en 1976 en general, era tan baja que hacía pensar que era imposible salir de una situación “a la defensiva”: impedir el retroceso del Estado; detener la destrucción de puestos de trabajo; frenar la pobreza estructural; revertir el desmantelamiento del sistema de seguridad social; contrarrestar la destrucción de la industria nacional; etc.
Ver una foto de hoy y compararla con lo que fue, no estaba en la imaginación ni del más optimista.
La primera cuestión a revalorizar más allá de los aspectos económicos, es la recuperación de la política como instrumento de transformación de la realidad. Hasta entonces, la política estaba subsumida a la economía, donde supuestamente el único margen de maniobra era estimular los reflejos pavlovianos del mercado. Hoy, gracias a la impronta de ese proceso iniciado en 2003, las prioridades volvieron a su lugar. Argentina volvió a tener política económica propia sin que esté condicionada, influida o decidida por los factores  de poder internacional a través del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo responsable en buena parte de los resultados adversos de América Latina producto de la aplicación de las políticas del Consenso de Washington.
Cuando asume Néstor Kirchner el 25 de mayo de 2003, Argentina venía de atravesar la peor crisis de su historia y las medidas económicas más trascendentes que tomó el gobierno a partir de ese momento, estuvieron dirigidas a generar un cambio radical en cuanto a la inserción internacional de nuestro país y a impulsar el fortalecimiento del mercado interno.
En el plano internacional tenemos que recordar que Argentina en la década de los ´90 había relegado su integración regional en el MERCOSUR, estrechando sus vínculos con EE.UU., las tan mentadas relaciones carnales, y se apostaba a la integración de toda América en el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas)
Nuestro país, en base a un acuerdo estratégico con Brasil, se opuso decididamente a ese proyecto de EE.UU. y de su presidente George Bush; posición que se adopta y comunica en la cumbre de Mar del Plata en el año 2005. Y fue justamente Néstor Kirchner, quien tuvo la responsabilidad de trasmitirle a toda América que la política sería fortalecer la integración regional a partir del MERCOSUR y no a través del ALCA.
La renegociación de la deuda fue otro hito. Recordemos que Argentina durante  25 años había incrementando su deuda alcanzando un nivel monumental que posteriormente fue declarada en cesación de pago en 2002. El gobierno de Kirchner tuvo la responsabilidad de negociar con los acreedores y lograr una quita histórica que permitió regularizar una deuda de 80 mil millones de dólares con una quita del 65 por ciento y una extensión de los plazos del orden de los 30 años. Esto fue clave para despejar el horizonte de la economía nacional. Argentina pasó de tener una deuda en 2002 del 166% del PBI y en su mayoría en moneda extranjera (79%), a tener a fin de su mandato una del 74% en su mayoría en moneda local.
Se apostó a un tipo de cambio múltiple (utilizando como instrumento las retenciones), más alto para la industria, para revertir lo ocurrido durante el período 1976-2002 y reconstruir el desvastado entramado industrial. Cualquier país que pretenda ser desarrollado, claramente tiene que tener una industria fuerte. En este sentido hubo una política explicita del gobierno de NK: tipo de cambio alto para proteger a la industria y un tipo de cambio normal para el agro, diferencia que se obtiene vía retenciones.
En materia laboral los resultados son notables. Se volvieron a discutir los salarios entre trabajadores y empresarios del sector privado, en paritarias y convenciones colectivas de trabajo, en donde se fomentó y alentó la recomposición salarial y con la misma política se gestionó para las relaciones laborales del sector público. Estas medidas lograron mejorar la demanda y el mercado interno.
Otro síntoma gráfico de la recuperación de la política como medio de modificar la realidad, fue la recuperación del presupuesto como plan de gobierno que priorice el gasto público; en ese sentido la obra pública jugó un rol central (planes de vivienda, construcción de escuelas, infraestructura social básica, obras viales, entre otras).
También la política de previsión social comenzó a reparar las injusticias de décadas de políticas liberales mediante el programa de inclusión previsional, impulsado en el gobierno de NK, y que culminara incorporando más de 2 millones de pasivos  excluidos del sistema previsional.

Evidentemente el pilar de la recuperación económica de la Argentina desde el 2003 en adelante es el fortalecimiento del mercado interno. La generación de empleo entre 2003 y 2007 fue de más de 3 millones de puestos de trabajo, la mayoría formal, algo bastante extraño para la economía argentina de los anteriores 30 años. La propia generación de empleo formal se convirtió en un círculo virtuoso porque seguía profundizando la consolidación del mercado interno.
Desde la perspectiva de la inversión productiva, observando el año 2007 nuestro país logró niveles de inversión de aproximadamente 24 puntos del PBI, pero además la educación representó 5 puntos del PBI cuando históricamente había sido del 3. Asimismo, se logró un presupuesto de ciencia y tecnología más alto en términos del PBI, lo cual dio como resultado que la acumulación productiva de la Argentina fuese de un alto nivel.
Otra cuestión muy importante que vale la pena subrayar es que todo este proceso de expansión económica se financió con recursos propios y genuinos. La Argentina no dependió del capital extranjero. Las inversiones extranjeras directas fueron complementarias, no tuvieron un rol principal y tampoco nuestro país se endeudó en este período. Básicamente la expansión se hizo con recursos propios lo cual le dio una solidez a la macroeconomía que se puso a prueba justamente con la crisis internacional.
Esta crisis internacional, iniciada en el 2007, es la crisis más importante del capitalismo desde 1930, sin embargo su impacto en la Argentina fue muy menor: casi nada por el lado financiero; un poco por el lado real, en cuanto a las exportaciones; y mucho por el lado mediático, o sea nos enteramos mucho de la crisis por los medios de comunicación más que por lo que impacto en la economía cotidiana.
En resumen, el legado es muy grande. El proceso continuó en el gobierno de CFK donde se profundizaron medidas y donde se pusieron sobre la mesa pujas por el ingreso más agudas y donde NK también jugó un rol importante.
Su impronta quedó grabada en nuestra memoria aquel 24 de marzo de 2004, aunque esto no guarde relación con la economía, cuando como Presidente de la Nación hizo retirar los cuadros de los comandantes de la dictadura, una deuda que nuestra generación soñaba saldar desde la recuperación de la democracia en 1983.